13 de junio de 2008

La vida color naranja


¡Que fácil es sentarse a escribir la nota de este partido! Creo que ninguno se imaginó el partido que finalmente se dio. El comienzo fue en el vestuario cantando, se respiraba aire a una final anticipada, a clásico ante Macabi. Era el clásico de los exiliados, jugado en tierras lejanas. La expectativa era enorme.
El inicio del partido no pudo ser peor, un golazo del delantero de BK y a empezar abajo, algo que este equipo no había experimentado en todo el torneo. Pero la reacción fue impresionante: una pelota espectacular de Lipo y una gran definición de Maxi para empatar el partido, y apenas unos minutos después, Shargo definió de zurda cruzado para darlo vuelta.
El segundo tiempo era una incógnita, la lesión de Matata fue un obstáculo inesperado, aunque Marto y Juli se encargaron de cubrir bien los laterales. El empate llegó rápido y había que remar nuevamente para alcanzar la victoria, que llegó gracias a una gran jugada de Darío en mitad de cancha, la que el mismo terminó adentro del área y para decretar la victoria del Naranja.
La concentración fue máxima, la entrega clave. Sobró (aunque nunca está de más) la solidaridad, el sacrificio. Pero lo más importante pasó por la actitud. Esa por la que nunca se bajaron los brazos, a pesar de los dos goles del rival, nunca se dio por perdido un solo punto y jamás hubo miedo a equivocarse. La cabeza bien alta y las ganas para intentar y no esconderse.
Hace algunos meses que empezó este proyecto y sin dudas está fue la mayor alegría deportiva. Pero esto más que la punta, que los tres puntos de ayer. Es amistad, compañerismo, pertenecer a un lugar, a un grupo, sentirse cada uno como quiere hacerlo, saber que tiene con quien hablar. Es felicidad.




Quedan muchas cosas por corregir, desde todo punto de vista, pero claro está que también se ha avanzado. Ayer demostramos adentro de la cancha que este equipo sabe que va a tener que transpirar para ganar, y que está dispuesto a hacerlo. Desde afuera de la cancha gente que apoya incondicionalmente, cada uno conoce su lugar. El mail de Marto emotivo, los gritos del otro Marto como nunca lo vi adentro de una cancha de fútbol, Mati festejando el gol en una pierna, el desgaste que hizo Maxi, en fin, lo que cada uno dio en la tarde de ayer.
Es lindo festejar los tres puntos, ganarle a Macabi, subir potencialmente a la punta, seguir en la senda ganadora, la unión del grupo, pero creo que en el fondo cada uno está feliz de haber encarado este proyecto, que lo armamos todos. Y no hay nada más lindo que ver que uno tomó la decisión correcta y sus objetivos se cumplen.

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