Resumen del partido contra Las Brisas V2

12: 30 PM del domingo 26 de Octubre y la puta banda de Palermo no llegaba. Ya empezaba mal la tarde para el naranja. El cabezón se volvió a robar la capitanía, sorteo y sin entrada en calor el particular juez de campo dio por iniciado el partido, que el nuevo 5 del naranja lo dio por comenzado con un defectuoso puntapié que no tuvo como destino el arco rival.
El naranja, como en la mayoría de los partidos, por lo menos los últimos 4, empezó dormido, sin poder tener la pelota, aunque con algunas jugadas que no terminaban bien de a poco comenzaba a tener mayor protagonismo que el rival, que llegaba sin mayor peligro al arco visitante desbordando en algunas ocasiones a Juli quién catalogó al delantero rival como Mauro Rosales.
La primer clara para Gurei fue un mano a mano de Shargo, que luego de un pifff del enorme central de ellos, no pudo concretar por una buena tapada del arquero de Las -Brisas. Durante todo el primer tiempo Gurei Naranja siguió teniendo oportunidades de gol pero no tan concretas y en la agonía de la primera parte el local tuvo la más clara en los pies de Rosales que la saco Pablito con el arquero ya vencido.
El segundo tiempo fue igualito al primero, exceptuando que el local de comió varios goles hechos al igual que El cabezón que tuvo en varias ocasiones la oportunidad de concretar y salvarle las papas al pobre pablito que convirtió otro gol contra el mismo rival pero en este caso contra su propia valla.
En conclusión, se nota y mucho la falta de motivación, pero también la falta de Maximo en primer lugar y otros tantos muchachos que por diferentes motivos no se pudieron hacer presente la tarde del domingo. Todavía hay que hablar y mejorar muchas cosas porque si seguimos por esta senda, el año que viene nos llenan el orto de goles.
La perla negra sin duda se la llevan ambos Brian. Grimberg por reirse luego del gol de Las Brisas, dejando a relucir que le importa un carajo todo y provocando el enojo en varios de sus compañeros y Shargorodsky por estar todo el segundo tiempo rompiendo las pelotas desde el banco, en vez de alentar a sus compañeros desde el lugar que los técnicos decidieron.